miércoles, 20 de julio de 2011

Cuando los medios llaman a matar

No son pocos los medios de comunicación que incitan al odio y no hay que ir lejos en la historia para ver casos: en Bolivia, periodistas de radio y televisión lanzan frecuentemente declaraciones despreciando a la mayoría coya del país, en Venezuela, los medios opositores le desean la muerte al Presidente u otros funcionarios de gobierno. En Argentina, programas como GPS alimentan los prejuicios infundados y peyorativos sobre ciertas comunidades extranjeras.

Pero viajaremos a Ruanda, en dónde hace más de 10 años, se dio un caso extremo de llamado al genocidio: el de Radio Televisión Libre de Milles Collinas, una de las emisoras con más alta audiencia del país. Esta Radio, que transmitió desde 1993 a 1994, emitió propaganda en contra de los tutsis, tutsis moderados y la misión de las Naciones Unidas en Ruanda (MINUAR) durante una crisis entre las etnias hutu y tutsi que acabaría en genocidio. Su historia se encuentra vinculada a la creación de una atmósfera de racismo y odio en la nación africana que culminó en la muerte de entre 500 mil y un millón de personas, apróximadamente un 11% de la población del país.




La emisora promovió la diferenciación y el odio racial, utilizando música de Zaire y programas de humor-opinión con una retórica racista. Luego de que fuera atacado el avión presidencial, el día 6 de abril de 1994, la RTLM empezó a transmitir mensajes de odio hacia los tutsis, culpándolos de la muerte del presidente ruandés y llamando "erradicar la invasión asesina de los tutsis", tildándolos de "parásitos". A veces lanzaba acusaciones falsas de pertenecer a guerrillas tutsis contra personas concretas, instigando así de forma directa a su asesinato. También delato lugares en donde se escondían de la matanza hombres y mujeres tutsis, y muchas veces actuaba como si diera ordenes directas a las milicias armadas. Cuando las tropas francesas ingresaron al país para pacificar, la Radio se dirigió a las mujeres hutus aconsejándoles lucir pulcras y usar vestido "las chicas tutsis están muertas, así que ustedes tienen grandes chances con los soldados".

Otro medio que llamó a la matanza fue la revista Kangura del empresario Hassan Ngeze. En ese medio se hablaba de los Tutsis como una amenaza "chupasangre", enemigos deshonestos y malisiosos y se incitó a los hutus a armarse con machetes para luchar en contra de ellos. También alentó a los lectores a matar soldados de la ONU para que dicha fuerza abandonara el país, y no se privó de publicar listas negras con nombres de personas que debían morir.

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda inició acciones contra RTLM a partir del 23 de octubre de 2000. El 19 de agosto de 2003, en el tribunal en Arusha se solicitaron cadenas perpetuas contra los líderes de RTLM, Ferdinand Nahimana y Jean Bosco Barayagwiza, por cargos de genocidio, incitación al genocidio y crímenes contra la humanidad antes y durante el periodo del genocidio de 1994. El 3 de diciembre de 2003, la corte halló culpables a los tres imputados. Nahimana y Ngeze fueron condenados a cadena perpetua y Barayagwiza a 35 años de prisión.

Los medios de comunicación no deben olvidar, más allá de que es su obligación por Ley, que cualquier muestra de desprecio o ataque a una colectividad, raza, y/o sector económico, genera violencia y caós social. Aquellos medios que lo hacen intencionalmente, pueden y deben, perder sus licencias de radiodifusión tal como lo dictan las Constituciones y Leyes nacionales y los tratados internacionales*, antes de que sea demasiado tarde.





*"Toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia estará prohibida por la ley".

Pacto Internacional de derechos civiles y Políticos de la ONU del 16 de Diciembre de 1966.


Principio VIII: Respeto por los valores universales y la diversidad de culturas
Un periodista de verdad defiende los valores universales de la humanidad, sobre todo la paz, la democracia, los derechos humanos, el progreso social y la liberación nacional, mientras que respeta el carácter, el valor y la dignidad distintivos de cada cultura (…) Así el periodista participa activamente en la transformación social hacia la mejora democrática de la sociedad y contribuye con el diálogo a un clima de confianza en las relaciones internacionales que guían hacia la paz y la justicia para todos, a la distensión, al desarme y al desarrollo nacional (…)

Principio IX: Eliminación de la guerra y de otros grandes males que enfrenta la humanidad

El compromiso ético con los valores universales de la humanidad llama a que el periodista se abstenga de cualquier justificación para la incitación a las guerras de agresión (…), y el resto de las demás formas de violencia, odio o discriminación (…). Haciendo así, el periodista puede ayudar a eliminar la ignorancia y el desentendimiento entre la gente, hacer a los ciudadanos de un país sensibles ante las necesidades y deseos de otros, asegurar el respecto a los derechos y la dignidad de todas las naciones, de toda la gente y de todos los individuos sin la distinción de raza, sexo, lengua, nacionalidad, religión o convicción filosófica.


“Principios internacionales de ética profesional en periodismo” de la UNESCO, 1983






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